jueves, 5 de enero de 2017

De Puntofijo a Tinajero

Reflexiones de Tinajero



Rafael Caldera // Reflexiones de Tinajero






Venezuela y la CAN

En la sucesión de ideas que se le ocurren al Presidente con el solo
fin de fortalecer su poder personal y de hacerse líder mundial, estuvo
la decisión de retirarse de la Comunidad Andina y de anunciar que la
misma está herida de muerte.

Venezuela es un país andino y la unión con los otros países de los
Andes no es casual ni capricho de los gobernantes, sino imposición de
la naturaleza. Bolívar tuvo la idea de que un grupo andino apareciera
desde sus primeras acciones en Guayana, en las cuales se obtuvo la
victoriosa campaña de liberación de Bogotá. Surgió la Gran Colombia
como una necesidad y, el error que se ha achacado a los que no
compartieron las ideas del Libertador, fue el de disolver la unión. Y
en cuanto a Ecuador, su carta a Juan José Flores un poco antes de
morir, demuestra la voluntad que Bolívar tenía de sumar el antiguo
Reino de Quito a la organización de una unidad política poderosa.
Pasaron muchos años para tratar de reconstruir esa unidad. Pero el
Grupo Andino resultó una organización técnicamente concebida y
eficientemente manejada. Especialmente, el intercambio comercial entre
Venezuela y Colombia llegó a límites no esperados. El aumento del
comercio presentó un beneficio, principalmente para nuestro país.
Anunciar esta separación de Venezuela del Grupo Andino es desconocer
su importancia para nosotros. Es una entidad capaz de impulsar a los
países latinoamericanos hacia la unidad, como estuvo en el pensamiento
de Bolívar.

El éxito de la unión andina fue la experiencia que impulsó a la
creación de Mercosur, que buscaba coordinar las actividades de Brasil
y Argentina y establecer elementos que le dieran garantía de
supervivencia a los dos pequeños del área: Uruguay y Paraguay.

El camino estaba abierto. La relación con otros países debía llevar
a un entendimiento cada vez más sólido entre el grupo andino y
Mercosur. Y nuestro entendimiento con el presidente del Brasil y el
interés común es de gran importancia, porque en la relación entre
Venezuela y Brasil se vio claro un camino de crecimiento y
fortalecimiento. Un acuerdo más fuerte y sólido entre el Grupo Andino
y Mercosur era la orientación correcta para la unidad regional. Tomar
cada país por su cuenta el camino que le parezca es un error que nos
duele y que estamos seguros que no prevalecerá.

Ya han surgido las dificultades por la ruptura de la unión entre
Venezuela y Colombia lograda a través del grupo andino. El presidente
de Colombia lo ha entendido bien y por eso, si se le achaca la
responsabilidad de la separación de Venezuela por ultimar un tratado
con Estados Unidos, están patentes otros casos de éxito (por ejemplo,
la experiencia de Brasil con Mercosur).

El actual Gobierno de Venezuela se llama bolivariano y es seguido por
la figura del Libertador como bandera, pero toma medidas que nada
tienen que ver con el pensamiento bolivariano. La separación del Grupo
Andino es antibolivariana. Menos mal que está previsto en los
estatutos de la Comunidad un lapso de cinco años para que subsistan
los compromisos. Esperamos que estos cinco años sirvan para una
meditación profunda, y que los propósitos integracionistas que tanto
proclama el presidente Chávez se orienten debidamente, tomando como
base lo que está pactado por la naturaleza.

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