jueves, 23 de julio de 2015

Naudy Suarez; Pacto de Puntofijo

Naudy Suárez: El Pacto de Punto Fijo fracasó porque no tuvo reemplazo

30 Octubre, 2013
naudy_suarez_cortesia_ventevenezuela_oct2013 Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 30 oct 2013 / imagen cortesía ventevenezuela.- El historiador Naudy Suárez considera que el fracaso del Pacto de Punto Fijo no se debió tanto a uno de sus elementos – El Programa Mínimo Conjunto firmado por los tres candidatos presidenciales para las elecciones de diciembre de 1958 y que rigió la filosofía de gobierno durante los siguientes veinticinco años – sino porque al agotarse en el tiempo, no tuvo un programa de reemplazo.

El doctor Suárez forma parte del directorio de la Fundación Rómulo Betancourt, y viene realizando, en una labor de hermenéutica como diría un filósofo, una investigación sobre la vida del ex presidente, y, en ese sentido, ha venido publicando una serie de estudios cortos, así como pronunciando algunas conferencias, y que lo van a conducir a una obra mayor que, según sus palabras, viene armando; que la constituye una biografía de Betancourt, y la que realiza, conjuntamente, con una biografía de Rafael Caldera.
Como quiera que este jueves 31 de octubre se cumplen 55 años de la firma del Pacto de Punto Fijo, Noticiero Digital, solicitó la opinión al respecto del historiador Suárez, quien también ha sido diplomático, dirigente del partido Copei y periodista.

¿Qué dio lugar al nombre de Punto Fijo para ese pacto?
-Fue un accidente topográfico. El pacto se firmó en la casa de habitación de Rafael Caldera; que estaba en Sabana Grande (Caracas), y esa casa se llamaba Punto Fijo. Alguna vez le oí decir a Rafael Caldera que no tenía nada que ver con el Punto Fijo de Falcón, sino con otro Punto Fijo: un poblado desconocido de Yaracuy. Pero que nadie lo conoce. Yo que me jacto de conocer este país, nunca me he encontrado con un Punto Fijo en esa región.
-Ahora, porque cuando yo oía al difunto presidente Chávez hablar de este asunto, me daba cuenta que él nunca se había leído el documento relativo al Pacto de Punto Fijo, y eso que dicho documento es, sumamente, legible desde el punto de vista de su tamaño. Es decir, el texto del Pacto de Punto Fijo no debe constar más de cinco o seis páginas. No estamos frente a la Enciclopedia Británica.
-¿En qué consistió el Pacto de Punto Fijo? Se trata de un acuerdo que firman tres partidos; las tres organizaciones más importantes del país el 31 de octubre de 1958, y en donde, básicamente, se establecían tres puntos de acuerdo. Número uno, los tres partidos se comprometían a reconocer los resultados de las elecciones, convocadas para el 7 de diciembre próximo; las que se realizaron, efectivamente, y donde se impuso Betancourt, y los tres partidos reconocieron el triunfo de Betancourt.
-Número dos, el partido vencedor no ocuparía todos los cargos en el poder; el gobierno que seguiría, como resultado de las elecciones, sería un gobierno de coalición partidista; un gobierno en el cual AD, Copei y URD tendrían un igual número de cargos en el gabinete ministerial, y en las gobernaciones de estado. Efectivamente, eso se cumplió. En el hecho, hubo ese reparto ministerial, y hubo ese reparto de las gobernaciones de los estados, que eran entonces veinte.
-Número tres, los partidos se comprometían a aprobar otro acuerdo, que es muy importante; que fue el Programa Mínimo Conjunto que se firmó un día antes de las elecciones el 7 de diciembre de 1958. Este programa consistía un conjunto de puntos de las más diversas materias; de las más diversas políticas, que ya no los partidos, sino todos los candidatos presidenciales; vale decir, Wolfgang Larrazabal; candidato de URD y del PCV; Rafael Caldera, candidato de Copei, y Rómulo Betancourt, candidato de AD, suscribían.
-Allí estaba establecido que cualquiera que ganara tenía que seguir una serie de lineamientos en materia de política interior, de política exterior, de política económica, de política educativa, de política social, de política militar. A mi modo de ver, este programa tiene una máxima importancia; porque el nombre era modesto: Programa Mínimo Conjunto, fue, por el contrario, un programa que no tuvo nada de mínimo.
-¡Fue el programa de la democracia venezolana! Rigió la democracia venezolana durante 25 años; hasta que hizo crisis. Yo abrigo la idea de que en la democracia venezolana tuvo un punto importante de incidencia el hecho de que se agotara el programa mínimo de 1958, y no hubiera acuerdos, para elaborar un programa de reemplazo.
¿Era un pacto que no dejaba de ser centralista, a propósito de la designación de los gobernadores a dedo, y que es algo que en estos instantes se le critica a Betancourt; siendo el hombre creador del “Estado patrimonialista”?
-Betancourt nunca fue un federalista.
En eso coincidía con el Libertador, ¿o no?
-Sí, en eso se parecía a Bolívar. Bolívar era antifederalista acérrimo.
¿Esa no sería la esencia del fracaso venezolano?
-Es posible. Pero eso sería un asunto para sentarse y conversar. Entonces, en Betancourt nunca hubo ninguna identificación con el federalismo; porque su conocimiento de la historia, y Betancourt conoció, como pocos políticos venezolanos, la historia del país, lo predisponía en contra del federalismo. Además, de eso que acabas de recordar de Bolívar; que si quería seguir su ejemplo, encontraba en Bolívar un antifederalista acérrimo.
-El caso es que el federalismo se vino a plantear, a una distancia ya muy grande de su segundo gobierno, a unos veinte o veinticinco años más, después de que Betancourt abandonó el poder. Los países evolucionan. Pero yo soy de los que piensa que el federalismo está ligado a la democracia. Hay una metáfora que yo siempre utilizo, cuando hablo de esto que es la de la cebolla: la democracia está constituida por capas.
-Se trata de un sistema del que es una capa el concepto de soberanía popular; del que es otra capa la división de los poderes del Estado; otra capa la constituye la alternación en el poder; pudiera seguir hablando de capas. Caigamos en el federalismo; otra capa la constituye el federalismo; es decir, la desconcentración del poder.
-Porque imaginemos a una Venezuela, donde todavía las gobernaciones de estado se nombraran por la vía ejecutiva. ¿Sería posible la libertad política? ¿Sería posible la confrontación de ideas? ¿Sería posible la democracia, en general o el poder se convertiría en un monopolio absoluto de un partido, que no quiere la democracia en sí, y que sigue el modelo cubano? Entonces, desde ese punto de vista, yo pienso que, efectivamente, en Venezuela se operó un proceso, que llevó a que el federalismo, se convirtiera en una necesidad.
-Yo pienso que Betancourt fue víctima de ciertas lecturas; fue víctima, sobre todo, de González Guinand que le hizo conocer el desastre que constituyó la Guerra Federal en Venezuela. Esa guerra, según la resumió un federal, se trataba de una guerra de tres mandamientos; que era lo que imperaba: matar, fornicar y hurtar. 
 
¿Haber excluido al PCV del Pacto de Punto de Fijo fue una muestra del sectarismo de Betancourt?
-En un estudio que yo realicé sobre los Pactos del 1958, explico cuál fue la razón por la cual no figurara el PCV en el de Punto Fijo, aunque sí figuró por intermedio de Wolfang Larrazábal, que era su candidato presidencial, en otro acuerdo político muy importante, menos conocido que el Pacto de Punto Fijo; que fue el llamado “Programa Mínimo Conjunto” del 6 de diciembre del año 1958.
-¿Por qué no figura el PCV en ese pacto? Porque había que ver de qué comunismo se estaba hablando; cuando hablamos del comunismo en ese año de 1958, estamos hablando del comunismo heredero de Stalin; estamos hablando del comunismo que en ese propio año 58; por boca de sus líderes venezolanos; por ejemplo, denunció la concesión del Premio Nóbel de Literatura a Boris Pasternak, por su novela El doctor Zhivago. Ese es el comunismo del que estamos hablando.
-Pero lo más importante es esto: la dictadura de Pérez Jiménez había tenido una especie de trípode de sustentación; la pata más importante, la más sólida la constituía el Ejército. Pérez Jiménez más de una vez declaró que su gobierno era de las Fuerzas Armadas.
-Aunque encima de eso, el régimen de Pérez Jiménez contaba con la buena pro de dos sectores importantes; que habían terminado por derivar en relaciones conflictivas con AD en el trienio 45-48; me refiero al empresariado; cuya representación la asumía Fedecámaras; que existía desde Medina Angarita, y la iglesia católica. Esas son las tres patas de las que yo hablo, y esas tres patas eran en aquel tiempo, fundamentalmente, anticomunistas.
-De manera que si los partidos políticos quería incorporar a la unidad nacional al mayor número de factores de poder; de grupos de presión, tenían que ganarse la buena pro de estos tres sectores. Si los vemos uno por uno, comencemos con el Ejército: una institución que entraba en el cuadro de la guerra fría; cerrilmente, anticomunista; la iglesia, naturalmente, anticomunista. Hay que recordar que todavía regía, y sigue rigiendo la definición que había dado el Papa Pío XI del comunismo: como un sistema, intrínsicamente, perverso. En tercer lugar, el empresariado; no es necesario decir que este sector era anticomunista.
-En el mismo año de 1958 se vió como todos estos factores de poder manejaron el anticomunismo. La revuelta de Castro León, que puso en peligro a la Junta de Gobierno, encabezada por Larrazábal, emitió un documento en el cual se le exigía a dicha junta que pusiese el cese de una política, que se interpretaba como obsecuente con los comunistas y con AD.
-Fíjate que la cosa era tanto así que todavía mucha gente en el Ejército, y Pérez Jiménez había manejado la idea de que AD era un partido disfrazado. La iglesia tuvo conflictos con el comunismo venezolano en el año 58; hasta el punto de que hasta junio o julio de ese año, el PCV amenaza con llevar ante el Consejo Supremo Electoral, de ese entonces, esa posición de la iglesia. Ese es un reclamo respecto de la supuesta intervención de la iglesia en la política.
-Entonces, si tú querías una unidad nacional; que te abarcara los principales partidos; que te abarcara el mundo sindical; que te abarcara el mundo profesional; que te abarcara Ejército, Iglesia y Empresariado, eso implicaba adoptar una política de distanciamiento con el comunismo. Está documento por el propio Betancourt, que eso se le hizo saber al PCV; que tenían que abandonar toda de integración de un gobierno de coalición nacional.
-Yo pienso que si los comunistas tuvieron una remota oportunidad, para formar parte de un gobierno de unidad nacional, la perdieron con la ocasión de la visita de Richard Nixon en mayo de 1958 a Venezuela. Yo digo esto, porque sin duda fueron los comunistas los que encabezaron una manifestación; que fue repudiada por los demás partidos, y que, además, puso a Venezuela en el trance de una intervención militar, por parte de los EEUU. Eso se habló en su momento.
-De todas manersa los comunistas entendieron esta situación; yo mismo en otro estudio expongo los puntos de vista, que los comunistas mismos hicieron saber a ese respecto. De todas maneras, repito, los comunistas cooperaron, y entraron en la onda de los grandes acuerdos políticos por la vía de la suscripción por Larrazábal, en compañía de Rómulo Betancourt y Rafael Caldera como candidatos presidenciales del Programa Mínimo de Gobierno firmado un día antes de las elecciones nacionales del 7 de diciembre de 1958.
¿Se puede considerar el antecedente más inmediato del Pacto de Punto Fijo la llegada de Rafael Caldera a Nueva York en enero de 1958, y donde coinciden Rómulo Betancourt y Jóvito Villalba?
-En efecto, aquí se da una coincidencia interesante; como diría el filósofo García Bacca: Dios, el azar o el destino influyeron para que en enero del año 58 se encontraran en Nueva York, Betancourt y Villalba; que tenían algún tiempo en EEUU, y Caldera que acababa de salir de la cárcel perezjimenizta; de modo que Caldera para evitar un nuevo carcelazo o a raíz de la revuelta militar del 1 de enero se había refugiado en la Nunciatura Apostólica del Vaticano, y de allí había salido hacia el exterior.
-De manera que hubo esa confluencia, de quienes eran los líderes más importantes de los tres grandes partidos que entonces existían en Venezuela. El caso es que para ese entonces; después de casi diez años de una situación en la cual todos los intentos por agruparse los partidos políticos, y formar un frente común contra Pérez Jiménez no habían cuajado. Digo que se dio la circunstancia, porque eso se logró en esta coyuntura, y, efectivamente, hubo varias reuniones en Nueva York.
-Allí no hubo nunca un pacto formal, nunca hubo nada escrito; hubo esas conversaciones; que alguna gente, sobre todo, del lado de AD, URD e independientes; que estaban en el exterior, contribuyeron a que se materializara. ¿Qué fue lo que salió de allí? Yo diría que un preanuncio del Pacto de Punto Fijo.
-Esta gente, después de casi una década de sufrir las persecuciones del aparato represivo del régimen; que pasaba por cárceles, exilios y muertes, llegó al acuerdo de que no se debía repetir aquella situación, que en el período 1945-48 se había traducido en una lucha a muerte entre los partidos políticos existentes en Venezuela; en odios; utilizando uno de los términos de Betancourt; en “cainetas”, cainetas por lo de Caín.
-Entonces, se llegó al convenio de que aquello no se debía repetir; que la reinstalación de la democracia en Venezuela estaba ligada a un acuerdo entre algunos puntos fundamentales entre estos tres más importantes partidos políticos.
¿El Pacto de Punto Fijo no tuvo nada que ver con la Junta Patriótica; que había operado en la clandestinidad; conformada por los partidos AD, Copei, URD y el PCV, bajo la dictadura de Pérez Jiménez?
-Yo diría que, propiamente, no. Aunque eso ayudó. La conformación de la Junta Patriótica por junio del año 1957 fue un indicio de que estaba calando entre todos los cuatro partidos; porque aquí incluíamos al PCV, la idea de una unidad nacional; para salir del perezjimenizmo, y el cual estaba lanzado a la reelección, en un proceso electoral no del todo democrático; no eran unas elecciones limpias; en el país había ese ambiente de unidad, y, sin duda alguna, ese espíritu se expandió; este espíritu que ya en el año 1958, después del 23 de enero, va a ser general en el país lo que, comúnmente, se conoce como el “espíritu del 23 de Enero”. Entonces, eso estaba preanunciado, y en ese ambiente se explica el surgimiento de la Junta Patriótica.
 

Naudy Suárez: El anticomunismo de Betancourt se remonta al propio año 1928

1 Noviembre, 2013
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¿Se dejó llevar Betancourt por el ambiente de la Guerra Fría, que había polarizado el mundo en dos grandes bloques de poder, y que era lo que le criticaba la izquierda latinoamericana a Betancourt: esa sumisión hacia los EEUU?
-La historia del anticomunismo de Betancourt es una historia que no es del 58. Yo tengo incluso una conferencia que dicté en la Universidad Metropolitana sobre este tema. Se trata de una larga historia, ésta de los desacuerdos con los comunistas. Prácticamente, se remontan a los inicios de la vida política de Betancourt. Se remontan al propio año 1928, en donde se gestó una primera polémica entre Betancourt, y quien era uno de los ideólogos del comunismo criollo en el exilio, Salvador de la Plaza. Esto siguió; el Plan de Barranquilla que es un documento “betancouriano” fundamental, y no sólo “betancouriano, un documento político venezolano, en general de gran importancia.
-Fue un texto criticado muy a fondo por los comunistas venezolanos; sobre todo, por quien era uno de ellos el futuro novelista Miguel Otero Silva. Hubo polémicas entonces en 1928; hubo polémicas entre Betancourt y los comunistas en la década de 1940, bajo el gobierno de Medina Angarita, ¡interesantísimas!
-Hubo polémicas durante el trienio; hubo polémicas durante la etapa de la dictadura perezjimeniztas; sobre todo, a propósito de la influencia que se pudiera producir del marxismo-leninismo en los cuadros sindicales y en los cuadros estudiantiles de AD. De manera que es cuestión de leer, y eso está publicado por la Fundación, todo lo que Rómulo Betancourt escribió, y que escribió mucho, largo y claro en estos años, para seguir ese proceso tan interesante, que nos lleva a decir que pudo ser que la guerra fría influyera en esto; pero, por decir así, el asunto traía cola.
¿Cómo explicarnos entonces que Betancourt haya militado en el Partido Comunista de Costa Rica?
-Eso es histórico. Rómulo Betancourt militó en el Partido Comunista de Costa Rica. Se podría decir que llegó a ser, incluso, su mentor ideológico. Pero hay una explicación aquí: el PCCR surge como una iniciativa de un grupo de muchachos universitarios; más jóvenes que Betancourt, y para entonces él tenía unos 23 años. Cuando Betancourt sale de Venezuela, a raíz de la rebelión estudiantil, conocida como la Semana del Estudiante de 1928, tiene apenas 20 años.
-Anda por el Caribe; se mueve, intenta colarse en una de las expediciones que los caudillos gestaban contra Gómez, etc. Fracasa en el intento, y se establece en Costa Rica, donde conoce a Carmen Valverde, quien será su esposa. El hecho es que en este país se estaba gestando la fundación de un partido comunista, lo cual era un fenómeno internacional, y él participa, a ese respecto.
-Pero a pesar de que Betancourt tenía 23 años de edad, se consideraba mucho más mayor que estos muchachos costarricenses, que intentaban fundar el PCCR; si acaso dos o tres años menores que él; pero les llevaba mucha distancia en cuanto a visión de mundo política. Eso hace que Betancourt se convierta en la cabeza pensante de esa organización comunista.
-Hay que decir, no obstante, algo a favor de Betancourt: cuando gobierna con “mano de hierro” el universo comunista Stalin, a través de lo que se llamaba la III Internacional o la internacional comunista; ese partido, en virtud de ciertas ideas de Betancourt, va a ser un partido comunista distinto; va a ser, quizás, el único partido comunista en el mundo no staliniano.
-En primer lugar, Betancourt considera que en América Latina estaban llamados al fracaso los partidos de clases. En esa época el partido comunista era de carácter monoclasista; un partido obrero; mientras que Betancourt, y esta es una característica suya que quiero resaltar, era una mente realista; que decía que no se podía ir contra los hechos, pues le resultaba que los hechos eran tercos. A su juicio, no se podía constituir un partido obrero en nuestro continente, porque aquí no existía la figura del obrero. Betancourt prefería hablar de un partido policlasista.
-En segundo lugar, y esto lo diferenciaba de los marxistas-leninistas, Betancourt consideraba que no se podía acceder al poder sino por intermedio de un programa mínimo; pues si tú te lanzabas con un programa radical, con un programa revolucionario eso te lanzaba al más estruendoso de los fracasos. Un programa mínimo que en una forma gradual permitiera ira a un cambio político y social fundamental.
-En tercer lugar, estaba ese carácter no staliniano, que Betancourt le dio al PCCR, el de no transformarse en un apéndice de Moscú; porque era un verdadero control el que la URSS ejercía sobre el movimiento comunista mundial.
¿Se puede considerar que Betancourt fue un caso de precocidad política, si partimos del hecho de que la modernidad, para un político e intelectual de su talla estribaba en declararse marxista? ¿Nadó a contrapelo de la opinión pública de su época, en ese sentido?
-Eso se puede sostener con todas las letras, y a eso lo llevó una condición; que es lo que yo llamo su condición realista. Yo me he tomado el trabajo de seguir, en todo lo que ha escrito Betancourt, las veces que él utiliza la palabra real, realista; los lugares, donde para argumentar una posición doctrinal o una posición política invoca el realismo; de manera que eso, el realismo lo condujo a esas posiciones que lo llevaron a diferenciarse de los comunistas ortodoxos, y que, incluso, lo diferenciaron de otros personajes políticos, afines a sus ideas, como Haya de La Torre, que no llegaron a tener el éxito político de Betancourt.
¿Qué llama usted ser un político exitoso?
-Un hombre que tiene éxito en política en Latinoamérica escala más o menos este ciclo: se trata de un individuo que acumula un cierto número de ideas básicas sobre un país; en el país en el que va a actuar. Llega a conocer, fundamentalmente, a ese país; su historia, sus motivaciones, la idiosincrasia de su gente.
-Ese hombre entonces elabora un programa político, que él se encarga de difundir con la ayuda de un grupo de operadores políticos; para lo cual crea un movimiento proselitista; es decir, un partido; que va a ser el instrumento de difusión de su mensaje; un mensaje que debe ser acertado desde el punto de vista de la fuerza de su comunicación; capaz de originar una reacción favorable en la gente; que lo adopte, y para lo cual se requerirá de una buena oratoria.
-Eso le permite llegar al poder, a través de un proceso electoral, y donde ha convencido con su figura y su programa de gobierno; de modo que a partir de allí comienza a aplicar sus ideas con éxito. He allí lo que yo llamo un político exitoso. Pero eso no es tan fácil. Un caso parecido al de Betancourt sería el de Caldera; que más o menos siguió estos mismos lineamientos.
 

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