Sobre Rómulo Betancourt
Carlos
Soucre, nos recuerda algunas frases sobre Betancourt , sus muy
detractores de ayer lo elogian hoy, porque así es la política; del
acontecer humano es la faena más resbaladiza. Como Presidente de la
República pasó por situaciones muy difíciles; pero éstas al probar su
temple retrocedieron; pudo decir esta frase:”Lo que no me destruye me
fortalece”;
CARLOS SOUCRE
A
Betancourt sus muy detractores de ayer lo elogian hoy, porque así es la
política; del acontecer humano es la faena más resbaladiza. Como
Presidente de la República pasó por situaciones muy difíciles; pero
éstas al probar su temple retrocedieron; pudo decir esta frase:” Lo que
no me destruye me fortalece”; Sí, un árbol elegido por la tormenta.
Manuel Caballero dijo un día que Betancourt había fortalecido a la
burguesía; él le contestó: “Pero si yo he sido el fumador de los
sindicatos y de las ligas campesinas”.
Ante el radicalismo de izquierda que una
vez ostentó Betancourt, (fue comunista o leninista de cuando el “Plan
de Barranquilla”), debemos decir que la realidad modifica las ideas o
las frena; un político es poco dueño de sí mismo, pertenece más a la
dinámica social, ésta es la que la va modelando el rostro como a Simbad
las aventuras. Ante la muy fluía o inencontrable faceta de su
personalidad, los criterios tenían que ser frontales; era un hombre
demoníaco, -decían unos- y los de hoy aseguran que es “el padre de la
democracia”.
Fue un asiduo lector de Maquiavelo,
algunas de sus más diestras jugadas políticas provenían de “El
Príncipe”; hasta podía procurar en algún momento el fortalecimiento del
adversario si calculaba que ello iba a servir sus fines políticos. Supo
ver que era un riesgo el que AD siguiera como partido avasallante, y por
ello se las entendió con Copei y con Caldera.
Copei fue en cierta medida una
construcción política de Betancourt, figuráos que ya en función de
gobierno le otorgó a ese partido los Ministerios que producían más
votos, lo cual motivó la división propiciada por Ramos Jiménez.
Betancourt ha desorganizado a muchos analistas políticos, los ha hecho
dar saltos hacia diversas direcciones, y seguirá poniendo a pelear a los
historiadores del futuro.
Nadie puede unificar criterios ante un
hombre tan móvil, cambiante y temerario. Conoció, como nadie, al
venezolano. No pudo o no quiso hacer la revolución; es que ya él se
había deslastrado, -de cuando su famosa polémica con Otero Silva- de eso
que él llamó un “sarampión juvenil” Y esta frase como para elogiar de
verdad a Betancourt y que estampó Manuel Caballero:”Betancourt
despersonalizó el poder”.
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