Los gobernantes actuales no entienden que las inversiones privadas son
voluntarias. Nadie invierte en un país donde lo que reina es la
incertidumbre y la desconfianza.
¿Existe alguien con sentido común
que se haga socio o invierta en los negocios de un tracalero?...Cuando
se pierde la confianza se pierde todo.
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